Durante la dictadura franquista, se le arrebataron a la mujer española los derechos que la Constitución de 1931 le había otorgado, como la igualdad respecto al barón y el derecho a voto. Con el Régimen, la mujer pasó a asumir el papel de madre y esposa principalmente.
El régimen encabezado por Franco desarrolló una legislación que excluía a las mujeres de numerosas actividades, en el intento de mantenerlas roles muy tradicionales, que poco tenían que ver con las tendencias que se estaban manifestando en Europa.
La mujer casada perdió su capacidad legal y el marido se erigió en el administrador de sus bienes y se prohibieron en aborto y el uso de anticonceptivos. El código penal volvió a restablecer el delito de adulterio y concubinato, que sólo castigaba en caso de que fuese cometido por la mujer.
Una de las pocas actividades que podían dedicarse las mujeres fuera del hogar era la enseñanza.
LA DESIGUALDAD LEGAL
Artículo 57. La mujer debe seguir a su marido donde éste quiera fijar su residencia.
Artículo 58. Representación de la mujer por su marido.
Artículo 60. El marido es el administrador de los bienes de la sociedad conyugal.
LA MISIÓN DE LA MUJER
La mujer debía ser esposa y compañera del hombre, formar con él una familia y educar y cuidar bien a sus hijos. El lugar donde la mujer desarrolla sus actividades es la casa, porque allí vive su familia.
SECCIÓN FEMENINA DE FALANGE ESPAÑOLA
Estaba dirigida por Pilar Primo de Rivera. Tenía como objetivo fomentar en las mujeres el espíritu nacional sindicalista. Su lema: el fín esencial de la mujer es servir. "Si tu marido te pide prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes". "Si sugiere la unión, accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer, Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que haya podido experimentar".
Preparación de la mujer para el matrimonio
- Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo.
- Ofrécete a quitarle los zapatos.
- Habla en tono bajo, relajado y placentero.
- Prepárate: retoca tu maquillaje, coloca una cinta en tu cabello. Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de ánimo y uno de tus deberes es proporcionárselo.
- Preocuparte por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa.
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